lunes, 14 de julio de 2014

- Posturas -

Estoy de mala leche. Soy de este tipo de personas que cuando algo no le gusta, no se queda tranquilo hasta que lo suelta.

El pasado Jueves el Sr. Tommy Ramone falleció a los 65 años de edad. Para quien no sepa quien era este señor, fue el primer baterista de la mítica banda Los Ramones. Fue su fundador y era el último miembro en vida del combo punk.

Bien, voy a coger aire y empiezo porque telita... Seguramente que lo que menos podía esperar Tommy era que iba a ver esas legendarias camisetas del grupo combinadas con americanas de leopardo y tacones de 15 centímetros.

Sí, amigos, vivimos en la sociedad del “todo vale” y aunque servidor no es mi asiduo a la música internacional, alguien tiene que pronunciarse a este respecto.

Creo que rara es la chica que no tiene una camiseta de los Ramones; esa mítica elástica que tantas versiones ha sufrido, desde “raciones” a “ladrones”, pasando por esos cachondos mensajes de fiesta de pueblo tales como “kalimotxo” o “porrones”. En fin, un auténtico clásico de la vestimenta del jolglorio.

Ahora bien, ¿qué pasaría si preguntásemos a toda esta juventud por 3 canciones de Los Ramones, o por su país de origen? ¿Qué pasaría si preguntásemos a cualquiera de estas gentes quiénes eran los Ramones? No sé si estamos preparados para conocer las respuestas.

Recuerdo que cuando era chaval me gustaban mucho los puestos de estos señores indios típicos de ferias en las fiestas de los pueblos. Uno caminaba por los caballitos (ahora se llaman revolution, saltitos cachondos o mega zeta y las cometas, en fin) y de vuelta a casa paseaba por esos puestos donde aún hoy en día puedes comprar pulseritas, banderas de equipos de fútbol y camisetas, muchas camisetas. Pero hay una diferencia con la realidad actual y es que las camisetas, esas con imágenes del Che, hojas de marihuana sonriendo o de cualquier grupo de estos que yo escuchaba, sólo se podían encontrar en esos puestos.
Me acuerdo que durante todo el mes de Julio ahorraba lo que no estaba escrito y me iba a estos puestos y me compraba un par de ellas; eran caras de cojones.

¿Y todo esto a que venía? Pues a que antes esta imagen se respetaba. Los Ramones eran un grupo de punk que sirvió de inspiración a muchas otras bandas de nuestra escena estatal. Con ellos, la música se convirtió en una especie de vía de crítica social que tanta falta hacía en aquellos años donde nada de lo que hoy día tenemos por normal existía. En nuestra actual escena estatal podemos encontrar infinidad de grupos con el mismo sentimiento de Los Ramones, pero ellos fueron de los pioneros.

Sigo con los recuerdos; En unas de esas fiestas de Astorga en las que me acerqué a los puestecillos estos, una de mis amigas me soltó la siguiente perla “Anda mira, si aquí también venden camisetas de marca Ramones”. Uf… Calma, Diego. Calma. Os lo digo de verdad, yo a esta gente les metía un correctivo que se iban a enterar.

Entiendo que la camiseta de Los Ramones suponga un icono estético de postureo y un cierto glamour de tendencia. Lo entiendo, de verdad. Entiendo que llevar una camiseta de tal grupo aporta rebeldía y una imagen supuestamente atractiva. Entiendo que no sea necesario ni pertinente ser fan incondicional de tal banda para poder llevar su camiseta. Lo entiendo, de verdad.

Lo que no soy capaz de entender es que el nombre de una mítica banda que tanto ha dado al patrimonio de la música mundial se convierta en una hipotética marca de ropa. No joder, no. Los Ramones no son una marca de ropa ni nunca debieran serlo. Me da igual donde se vendan sus camisetas, si en Zara, en Stradivarius o en el puesto de un señor hindú en la feria de Cacabelos. Me da igual. Los Ramones no son una marca de ropa. Repito, no son una marca de ropa.

Que ajenamente a la banda, la ropa sea fácil de combinar, no lo dudo. Que nos da un toque ahí medio rebelde, buen rollo y de estar en la onda, tampoco lo dudo. Pero de verdad os lo pido, haced el favor de conocer los logos y los símbolos de las camisetas que os ponéis. No convirtamos ni transformemos la esencia de ciertos grupos en puras marcas comerciales ajenas a la música.

Sigo rizando el rizo porque aunque parezca que no, el tema da mucho de sí. En España ha pasado algo parecido a lo anterior con las camisetas de Extremoduro, Marea, S.A o la Fuga, entre otros.
Vamos a ver, a mí me parece muy bien que cada uno vista como le dé la gana y según los motivos que estime oportunos, pero no puede ser que esto se esté convirtiendo en lo que a día de hoy tenemos, que es una auténtica simulación de lo que siempre fue. No puede ser que estemos creando una autentica burbuja de posturas y que en los conciertos lo más frecuente encontremos ese aparentar, esa manera de decir “yo también soy muy rockero o muy punk”. Que no colega, que no. No te has enterado. Que esto no es ni una competencia ni hay que seguir ningún cannon para que no te quiten el carnet de rockero.

Me hace gracia porque seguramente si cogiéramos al azar a cualquiera de estos compañer@s, muy pocos van asiduamente a conciertos, compran discos o pagan por ver en salas a ese grupo que ahora decora su espalda sobre fondo negro. Sí, es muy respetable pero eso no quiere decir que no merezca crítica.

Imaginad que me considero un seguidor férreo del Betis, y me pongo la camiseta del Betis con orgullo, pero luego no veo sus partidos, ni sé cuántos trofeos tienen en sus vitrinas o no conozco a ninguno de sus jugadores. ¿Es esto malo? Pues no, hombre, malo no es. ¿Curioso? Desde luego. Muy curioso que en nuestro panorama rockero encontremos este tipo de actitudes y comportamientos cuando el rock a lo largo de nuestra breve pero intensa hemeroteca ha sido tan contestario y tan de calle. No es bueno que haya esas “normas” como tampoco lo es que juzguemos a nadie por su forma de vestir, que es aquí donde encontramos el auténtico meollo del dilema. Nadie es más rockero que nadie por ir con tatuajes, camisetas rotas y piercings. Repito, nadie. Es que de verdad, que alguien cambie su imagen por cuestiones de este tipo, es una muestra clara de falta de personalidad horrible. “Igual si soy así, le caigo mejor a fulanito o le empiezo a gustar a menganita” "Si me hago un tatuaje en el hombro, seguro que me siento mucho más punk", de acuerdo, amigo, pero luego píllate o descarga algún disquito, págate una entrada y esas cosas de alguien que le gusta la música DE VERDAD. Que no coño, que no. Con lo puro que siempre fue este mundo!


Hagamos el favor de respetar al rock y no transformarlo en una moda más. Menos camisetas y más música. De verdad, eh!

4 comentarios:

  1. Esto es algo que está pasando y que ya pasará esperemos; puedes culpar a estos establecimientos que también venden camisetas de The Who, Beatles, Nirvana, Rolling Stones e incluso Sex Pistols... A nivel estatal pienso que Extremoduro y Marea no es cosa de camisetas sino que se han convertido en moda entre niñatxs hasta el punkto que les he cogido asco (Extremo antes era el grupo de mi vida), es entrar en Twitter y ver discos enteros tuiteados letra a letra y niñatxs pidiendo ver ya un concierto pues solo hablan de ellos dos. De SA no he visto tanta moda y de La Fuga desde que se fue Rulo, camis no sé pero somos 4 gatos en sus conciertos en salas pequeñas(Antes llenaban pabellones). No sé supongo que todo es pasajero y que los sentimos la música con camisetas de nuestros grupos o no o cualquier estética somos los que vamos a conciertos, compramos discos(colecciono discos físicos) o descargamos y llenamos salas y festivales.
    PD: Espero que no seas del Betis :P
    Fdo: @Porratxo

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    1. No podría estar más de acuerdo contigo. Respecto a lo de esa moda de niñatxs de Marea y La Fuga, también te doy la razón. Prepararé un post sólo para ese tema.

      Me has entendido a la perfección. Muchas gracias por tu visita ;)

      Aupa Atleti jeje

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  2. Grande Diego! Verdades como puños...Me acuerdo, en mi tierna adolescencia, de todo aquel ritual de verano (las camisetas, los collares, las pulseras y muy importante, las chapas y tachuelas) para ir a los conciertos. Un día una chica me preguntó: ¿Por qué vistes así? Contesté: Porque quiero ser diferente. Entonces me dijo: el punk fue una moda, la estética punk la diseñó Vivienne Westwood porque la música que hacía justicia a la elegante estética mod. Entoncesempecé a entender todo, y quedé desencantada de todo aquello, de que S.A predicase el anticapitalismo mientras que tenía su propio Copy Right en las camisetas, de que las niñas "punk" hicieran todas las cosas que hacen las adolescentes para sentirse aceptadas por la sociedad mientras predicaban todo lo contrario "en "fotolog"... y lo peor de todo, que debajo de toda esa estética había MUY poca ÉTICA y CULTURA MUSICAL. A día de hoy, lo confieso, no soy muy fan de los Ramones, pero me gusta muchísimo el punk setentero de los Buzzcocks y compañía, grupos que jamás habría conocido de haberme quedado en esos ambientes "kalimotxeros".

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  3. totalmente identificado,,,pero he de decir que por mucho que alguien quiera convertir lo autentico en bussines frio ,,no es posible...hay cosas que permaneceran inalterables hasta el fin de los tiempos....y en este caso los ramones como maiden ,motorhead ,kiss y demas objetivos de tiendas para niñas ,nunca les podran hacer daño en ese sentido porque nunca habran intentado comprender lo que realmente son o han sido...salud y larga vida al rock and rolllllllll

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